
Planificar y festejar la evaluación
“No tengas miedo ni te desanimes… pues yo te daré la victoria”. Josué 8:1.
La planificación es un proceso muy conocido dentro del ámbito docente. Sin embargo, el gran desafío es concretar los objetivos, las estrategias y las acciones planificadas. En general, se ocupa mucho tiempo en pensar, escribir, corregir los planes, pero a veces dedicamos poco tiempo a revisar, evaluar y celebrar lo conquistado. Si pensamos en otros ámbitos; por ejemplo, en el deporte, cuando un corredor llega a la meta recibe una medalla; cuando un equipo de futbol gana el mundial se tiran fuegos artificiales y reciben una copa de oro. Y nosotros, los docentes… ¿cómo deberíamos celebrar cuando logramos los objetivos? ¿Acaso no es maravilloso cuando un alumno lee su primera palabra? ¿O cuando un estudiante resuelve un problema matemático complejo?
En primer lugar, para planificar la evaluación debemos tener muy clara cuál es la meta a lograr. Esto significa que en la planificación debe quedar muy claro cuándo podemos festejar.
Planificar la evaluación implica una serie de pasos importantes para asegurarse de que se estén midiendo los resultados y objetivos adecuados, y de esta manera poder festejar los logros. A continuación, se presentan algunos pasos claves para planificar una evaluación efectiva:
- Definir los objetivos de la evaluación. Antes de comenzar cualquier evaluación, es importante definir los objetivos claros que se esperan alcanzar. Estos objetivos deben estar alineados con los resultados y metas que se desean medir.
- Seleccionar los métodos y herramientas de evaluación. Es importante seleccionar las herramientas y métodos adecuados para medir los objetivos del aprendizaje Se sugiere que las herramientas sean simples y variadas.
- Planificar la logística de la evaluación. Una vez que se han identificado los objetivos, métodos y herramientas, se debe planificar la logística de la evaluación. Esto significa que el momento, el lugar y los materiales deben ser los adecuados para que no interfiera en la aplicación de la prueba.
- Analizar y presentar los resultados. Una vez que se ha completado la evaluación, se deben analizar los resultados y presentarlos de manera clara y concisa. Este paso debe concluir con la comunicación a los alumnos sobre su desempeño y generar nuevas estrategias de mejora.
- Celebrar las metas alcanzadas. Es momento de agradecer y festejar los esfuerzos realizados, no solo del estudiante sino también del docente. La propuesta es que se tome un tiempo especial para celebrar lo alcanzado y motivarse para seguir avanzado.
Los profesores cristianos tenemos un ingrediente milagroso para que estos pasos sean bendecidos y es la oración. La dirección de nuestro gran Maestro en cada paso de la tarea docente nos ayuda a garantizar que cada acción será para el bien de los alumnos. Por eso, ora a Dios a cada paso, pues no debes nunca sentirte abatido, desanimado o con temor. El Maestro divino es el que puede ayudarte a planificar y lograr la victoria.
En resumen, planificar una evaluación implica identificar los objetivos, métodos y herramientas adecuados, planificar la logística y analizar y presentar los resultados. Y, recuerda, celebrar y agradecer por alcanzar metas, de esta manera podremos tomar conciencia del gran don que Dios nos ha regalado: APRENDER.
Bibliografía
Morrón, Miryam . El arte de evaluar en educación: Desarrollo curricular y evaluación. E-Book disponible en Amazon.
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